Help For Writers

Wednesday 8 October 2014

MY GIFT TO YOU

Y lo único que te puedo regalar son buenos recuerdos
y esperar que nunca te dé Alzheimer...

Thursday 2 October 2014

DESPUÉS DE LA LLUVIA

Quedan las gotas solas, separadas, en perlas aferradas a los recuerdos de las que cayeron, de las que salpicaron, de las que humedecieron.
Queda todo quieto: nada se mueve, los árboles quedan de pie como testigos mudos y silenciosos del agitar del agua que apenas hace unos minutos todavía caía.
Quedan los poco autos moviéndose despacio, pero con fluidez, con espacio entre ellos, los tres minutos suficientes para frenar por si acaso...
Quedan los novios besándose en la esquina: los adolescentes con pants verdes y camiseta blanca de la ULA, los oficinistas con ropa semi-casual y sendos paraguas, los viejos retirados arrugados con cabellos blancos que se reconocen en los mismos ojos.
Queda la nostalgia...

VER LLOVER 2

Cuando la lluvia intensea, las gotas de lluvia juegan a carreritas por la superficie de la ventana a ver cuál cae primero al precipicio.
Cuando la lluvia intensea, las líneas de agua acribillan a las personas que se atreven a caminar sin paraguas.
Cuando la lluvia intensea, mejor me meto debajo del techo del edifico de la calle 3 mientras llegas, aunque llevo paraguas y botas y gabardina.
Cuando la lluvia intensea a las 6.00 de la mañana no hay un alma en la calle que nos vea hacer el amor tras los vidrios empañados de tu pequeño auto blanco.
Cuando la lluvia intensea, te recuerdo, callo y sonrío con malicia de cómplice.

VER LLOVER...

No veo cómo llueve,
apenas las gotas aplastándose contra el vidrio de la ventana. No caen, no resbalan, parece que se adhieren y curiosean el modo en que mis dedos golpean las teclas en el teclado mientras escribo estas líneas.
No veo cómo llueve,
escucho el suave rumor del agua que cae en líneas sobre el negro asfalto, que baña los árboles que se sacuden, los autos que pasan todavía rápidos, antes de que el tránsito se alente más adelante.
No veo cómo llueve,
veo cómo los autos pasan por los charcos y avientan el agua en grandes abanicos y fuentes que empapan al pobre transeúnte despistado.
No veo cómo llueve,
veo cómo el agua cae de los árboles en cubetas súbitas cuando éstos se mecen de repente, como si el viento quisiera ayudarles a secarse.
Pero de repente sí veo cómo llueve, como si un niño rayara con pinceles de agua las ventanas enormes y rectas de mi oficina. Pero tengo que espiar muy callada y casi sin moverme, porque me distraigo fácilmente.
Y no, no me mojo aquí dentro.

Followers

About Me

My photo
Palabras que fluyen, huyen y en algún lado tienen que acabar.