No veo cómo llueve,
apenas las gotas aplastándose contra el vidrio de la ventana. No caen, no resbalan, parece que se adhieren y curiosean el modo en que mis dedos golpean las teclas en el teclado mientras escribo estas líneas.
No veo cómo llueve,
escucho el suave rumor del agua que cae en líneas sobre el negro asfalto, que baña los árboles que se sacuden, los autos que pasan todavía rápidos, antes de que el tránsito se alente más adelante.
No veo cómo llueve,
veo cómo los autos pasan por los charcos y avientan el agua en grandes abanicos y fuentes que empapan al pobre transeúnte despistado.
No veo cómo llueve,
veo cómo el agua cae de los árboles en cubetas súbitas cuando éstos se mecen de repente, como si el viento quisiera ayudarles a secarse.
Pero de repente sí veo cómo llueve, como si un niño rayara con pinceles de agua las ventanas enormes y rectas de mi oficina. Pero tengo que espiar muy callada y casi sin moverme, porque me distraigo fácilmente.
Y no, no me mojo aquí dentro.
According to the Renaissance world picture, life was like a wheel of fortune, where you are sometimes up and sometimes down. You just have to remember that when you are up you will eventually come down (to take measures accordinlgy, not to be pessimistic) and when you are down you will not stay there forever, you WILL get on top. In this site entries of the sort will be posted.
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