El martes antes del jueves 23 en el que cayó Thanksgiving este año, estaba cenando con mi madre y mi hija. Mi madre me anunció que iba a ir con mi Tía Lydia para comer de Thanksgiving. Mi hija, que está en la edad arrogante-rebelde-idológica espetó de ese mismo modo y un tanto despectiva, -¿Por qué celebran Thanksgiving? No somos gringas y además masacraron a los indios, no está padre, no hay nada que celebrar.
De acuerdo.
Y lo que le contesté fue que obvio, tenía razón, pero que al menos mis razones muy personales y particulares venían de tomar una fecha ya establecida para hacer un alto y reflexionar en lo bien que últimamente va mi vida. Simplemente hace unos seis años mi vida era otra. El frío era doble, el hambre se sentía muy aguda, mis pies lloraban por la falta de zapatos y cosas así.
Este años tengo muchas cosas que agradecer:
1. Mi trabajo que me permite vivir una vida tranquila y relajada y por supuesto estresada, sino qué chiste.
2. Unas amigas que son como hermanas y que hacen que cada día de trabajo sea divertido.
3. Una hija talentosérrima que a la primera entró a La Esmeralda y que aprovecha cada clase y cada día con una pasión desbordante y contagiosa y que me alegra el alma más que nada.
4. Una madre que aunque achacosa está bien y sana y es alegre y goza la vida.
5. Un perro que se alegra en cuanto me despierto y eso hace que mi día sea más bonito y que llegar a casa sea una fiesta.
6. Un gato calientito y amable, que me cura todo con sus ronroneos.
7. Un amigo al que le confío mi vida entera mientras él me desparrama alcohól, botanas y todos su cariño y apoyo incondicional.
8. Unos amigos testigos y acompañantes desde mi niñez con los que aunque no salga tan seguido como quisiera, disfruto cada que los veo.
9. Un departamento chiquito y con ventanas a la calle que me permiten que el sol me calcine o simplemente me caliente y donde está mi cama que es el amor más grande en este mundo.
10. Un amor, que no estoy segura que sea amor, pero que me ilusiona y me saca la sonrisa cada vez que me escribe un mensajito o cuando ahí de repente me llama y obvio cuando me visita.
11. Y la paz y la salud y el bienestar.
12. Y esta compu que ya pagué y mis lentes nuevos que son una verdadera maravilla.
According to the Renaissance world picture, life was like a wheel of fortune, where you are sometimes up and sometimes down. You just have to remember that when you are up you will eventually come down (to take measures accordinlgy, not to be pessimistic) and when you are down you will not stay there forever, you WILL get on top. In this site entries of the sort will be posted.
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