DESPERDICIANDO EL TIEMPO

Desperdicio demasiado tiempo en la oficina.
El día es lindo.
Debería estar afuera caminado,
sintiendo el sol,
alimentando las ardillas,
tomando té con mi madre,
cepillando el cabello de Ame,
pintándole las uñas, dejando que ella me las pinte,
tomando vino en una mesa de afuera con Mau, en La Condesa o en Coyoacán,
haciendo el amor en mil diferente formas con Óscar, besándolo y dejándome besar, escuchando sus historias encuerada y embelesada, recargada sobre una almohada grande de hotel...
Debería estar en cama tejiendo,
jugando con el gato
viendo libros en una... ejem... librería
tomando café en una banca del parque y viendo pasar a la gente,
corriendo en el parque, sudando y checando mi tiempo en el reloj, en la tonta aplicación de Map My Run que nunca graba
Debería estar platicando con Gina, con Adriana, con Balbina;
con Ana, con Helena,
Debería ir a la casa de Mazatlán a donar calcetines, arroz y frijoles para los chicos de la Patrona que me invitó Elisa...
Pero tengo que acabar esta maldita unidad.